12 / 2 MARRUECOS PARTE III
Chau Desierto !!!!! |
Por fin llegamos a Zagora! Lo que no sabíamos es que nos quedaríamos casi una semana
!! Lo primero que hicimos fue meternos de cabeza en un camping con wifi. Nos
pusimos al día con el mundo exterior y con el agua y el jabón.
Lavamos todo:
ropa, alforjas, carpa, bici, más ropa, cabeza, cuerpo, utensillos, más ropa…
todo destilaba tierra y arena por doquier. La conección era lenta pero
estábamos cómodos, así que allí pasaron los primeros tres días. Pixa, el dueño
del camping, un capo, nos hizo precio (150 Dh los dos por las tres noches).
Y
justo nos estábamos yendo cuando se anticipaba otra gran tormenta de arena. Nos
paramos en la puerta del supermercado de Brahim, a tirar la moneda al aire y
dejar que el azar decida nuestro destino, cuando se asoma precisamente él y
entonces no es ni cara ni seca… la moneda cae de canto y nos vamos para su
casa!!
De entrada una trepada del 30%; por suerte cortita porque ni empujando
subía! Nos recibe Sahara, su mujer y su bebito y
empiezan las corridas y ofrecimientos. Un té, la habitación, la ducha, la tele,
unas cervezas, la cena ... exquisita!, un vino, una peli y por qué no un poco de
yerba de la buena, jajaja.
La velada se extiende hasta pasada la medianoche.
Brahim vivió cinco años en Suiza y se nota, la visión de la vida es otra. No obstante,
no deja de reconocer que “…en Europa se vive para trabajar…” y que él quiere
trabajar para vivir. Lo mismo escucharíamos de boca de otros marroquíes que
habían tenido la oportunidad de viajar al exterior. Su casa, muy cómoda, nada
que ver con las de tipo berber que veníamos viendo.
Así llevan a sus bebés las marroquíes ;) |
Vista desde la casa de Brahim |
Todo muy bien decorado,
elegantemente tradicional. Las habitaciones enormes y el piso de arriba aloja
no sólo la de huéspedes con su amplio baño, sino que también ha reservado un
lugar muy especial donde se dibujan, con piedras pegadas en el suelo, dos
espirales encontrados por donde se llega al centro, para meditar según él, y se
vuelve a salir por otro camino. Nos costó irnos, porque, como es costumbre,
después del desayuno seguían las invitaciones. Hasta un ofrecimiento de trabajo
para Oscar!
Siempre, siempre hay alguien curioseando, jaja |
Las tres noches siguientes armamos campamento junto al río, debajo de un árbol y nos dedicamos de lleno a las actividades internéticas; como contactar a la familia, completar el blog y decidir sobre los próximos kilómetros. Esta vez en un barcito a la entrada del pueblo.
Qué manera de comer dátiles !!! jajaja |
El Valle del Draa es bellísimo. Extensos
palmerales salpican enormes valles; cultivos y más cultivos a la sombra de las
palmeras en los oasis… y también aparecen los vestigios de las gargantas (“Gorges”)
hacia donde vamos; robustos paredones de piedra colorada.
Secando yerba para el matecocido ;) |
Llegamos al cruce en Tansikht y tomamos dirección este hasta Nekob. Un nuevo desvío nos va conduciendo por un camino de ripio hacia el paso Tizi-n-Tazazert. Al principio la cosa fluye, si bien no es una autopista la vamos llevando bastante bien.
De
repente, tras una última trepada, aparece un valle escondido en un angosto
cañadón de ensueño. No esperábamos encontrar este vergel allí, luego de tanta
aridez !! Y una vez más en Ousdidan
nos invitan a tomar el té … con torta y panqueques!
Esa noche dormimos en un lugar muy especial; en
la antesala de lo que sería uno de los tramos más difíciles de esta etapa.
No sólo el camino se empecina en mantener una pendiente ascendente interesante, sino que el relieve está imposible: piedras pequeñas en cantidad suficiente para que la bici se entierre y no se pueda avanzar; piedras grandes asentadas tan estratégicamente que la bici no deja de saltar; manchones de piedra sobre elevados, la bici se traba y no sólo hay que bajar sino que es muy difícil empujar! Más de una hora para hacer tan sólo 4 km…
Yuuupiiiiiiii!!!!! Ahí viene el “Salvador”, jajaja … Ahmed pasa muy despacito junto a este par de ciclistas locos y pregunta : “¿Todo bien?” … “Noooooo!!!! Todo mal! ¿Cuánto falta para el “tizín” (la parte más alta)? ¿Sigue todo así?¿No podría alcanzarnos un tramo?” Oscar larga una pregunta tras otra.
“Cómo no! Suban que los alcanzo!!” Y como un duque y una duquesa sacamos boleto de primera junto al parabrisas y que la chata se encargue de renegar con el relieve y toda la carga ! No sé si fue por la comodidad del vehículo, pero las vistas fueron estupendas, magníficas, grandiosas… cuánto más lo disfrutamos que si lo hubiéramos pedaleado!!
Así secan la ropa en el campo |
27 / 2 EL TODRA VALE LO QUE CUESTA!!
Otro poquito de internet en un barcito y allí
nos quedamos; insisten en que armemos la carpa debajo del alero del local.
Asomamos la cabeza al otro día y podemos ver piernas como tijeras que van y
vienen de su interior. El dueño del bar se compró una estación meteorológica en el
mercado y nos la trajo para que le expliquemos su funcionamiento. A cambio… té
de menta!!
Pedaleamos hasta Tinghir o Tinerhir. La primera noche acampamos junto a una “comuna”
(municipalidad). Se acercó el guardia y tras las preguntas de rutina nos deseó
buenas noches. Una vez en la ciudad, por cierto muy turística, se nos pegó un
muchacho todo el día… fuimos al correo y al mercado, compramos dátiles y
salimos para las Gargantas del Todra.
Encuentro con un par de italianos cicloviajeros!! |
El "Hammam" es un baño público, pero no el típico baño público que conocemos nosotros. Es una tradición árabe e históricamente se ubicaban en las proximidades de las mezquitas. La doctrina musulmana impone un riguroso ritual destinado a garantizar la pureza corporal y espiritual de los creyentes antes de hacer la oración. Los hay separados de hombres y de mujeres o el mismo con diferente horario según el sexo.
Pedimos permiso para acampar en la entrada de una casa enorme en una subida y a la mañana siguiente nos invitaron a desayunar.
Intercambio de experiencias con una pareja de holandeses |
Ese mismo día sucedió algo muy raro y terrible
para mí que me dejó mal por el resto de la semana. Paramos junto a la ruta para
disparar unas fotos del valle y de repente siento que alguien respira en mi
cuello.
Pueblo abandonado color terracota !! |
En un primer momento pensé que era Oscar, tan cerca no podía ser nadie
más; pero al correr la mirada veo que Oscar está enfrente mío, unos 20 metros más adelante… entonces vuelvo a girar con cautela la cabeza y me encuentro con la
cara de un individuo tan cerca, tan cerca que casi se tocan las narices.
Vuelvo
a mirar a Oscar sumida en un terrible estupor y pego un grito (se imaginarán el
timbre del grito, jeje) al mismo tiempo que nuevamente giro la cabeza y esa
cara con sus ojos fijos y rastas negras bajo un gorro de lana gruesa continúa
clavada en la mía. No puedo más que gritar otra vez como si hubiera visto un
fantasma y el chabón, muy parsimoniosamente, se da media vuelta y se aleja de
mi lado. Le saco una foto de espaldas y unos días después me enteraría que era
tan sólo un loquito del lugar.
La garganta propiamente dicha es impresionante,
más de 300 metros de altura y de un kilómetro de largo; en su parte más angosta
no tiene más de 20 metros de ancho. El río es pequeño y muy cristalino. Nace en
la Cordillera del Atlas, pero lo curioso es que no desemboca en ninguna parte
(la gente del lugar lo llama río seco).
Como sucede con la mayoría de los ríos en Marruecos que van de la cordillera hacia el oeste, son conducidos y canalizados, hasta que su última gota de agua es absorbida en un huerto o evaporada por el calor del desierto.
En un punto del recorrido nos rodea un grupo de
alemanes atraídos por las bicis y la carga y a partir de ahí entablaríamos una
lucha despiadada con el viento. De entrada, ni siquiera puedo subirme a la bici
porque me arranca de un tirón. Como podemos vamos avanzando metro a metro hasta
encontrar un lugar donde tomar un respiro y el almuerzo.
Se detiene una camionetita y aparece John, un
inglés muy peculiar!! El tiempo se escurre en mil charlas diferentes y son
ellos (John, Koos y su novia) los que deciden armar campamento allí para pasar
la noche.
Y nosotros volvemos a nuestra pesadilla: la primer subida me deja sin
aliento y luego las ráfagas cruzadas nos impiden seguir una línea recta; cada
bocanada es como una cachetada al medio de la bici cargada lo cual obliga a
volantear y bajar sincronizadamente los dos pies a tierra firme. Una vez
logrado el rumbo de frente, nuevamente a empujar hasta el próximo intervalo de
calma y así hasta la próxima ráfaga. Esta tortura duró aproximadamente dos
horas y que después me vengan a decir que estamos de vacaciones, jaja. Me
duelen las muñecas, los hombros y los omoplatos de intentar mantener la bici
derecha en un río de oleaje ventuno y los glúteos, rodillas y gemelos de
empujar en contra de la corriente.
Como corolario, cuando encontramos, ya de
noche, un lugar en el medio del cauce que creíamos potable para armar la carpa,
fueron tres veces las que el viento se la llevó y nos dejó muy claro quén
mandaba allí. Apenas atinamos a agarrarla desesperadamente de la última puntita
que logramos atrapar en el frenesí del gran venturi. Agotados ya por tanto
trajín decidimos no obstante continuar por la ruta hasta dar por fin con otro
lugar con un poco más de reparo. Era tanto el cansancio que sólo queríamos
echarnos a dormir.
Gracias John !!!! |
Toda la noche sopló el despiadado. Lo
escuchábamos allá arriba peinando los paredones con brutal estruendo y sabíamos
que venía, que iba a bajar para pegarnos una sacudida. Cada tanto buscaba de
reojo y entre dormida los cuatro dígitos en la compu de la bici que me dijeran
finalmente que el amanecer estaba cerca.
Ya eran las 10 de la mañana y no había miras de
hacer las paces por lo que decidimos desarmar a medida que nos iba permitiendo
su majestad el viento… ya estábamos prestos a lanzarnos nuevamente cuando
aparece John, y nos rescata por un rato adentro de su camioneta y la charla se
combina con un tradicional té inglés. Es maestro y también se hartó del sistema
y la rutina, aparte del clima de Lake District; una de las zonas más llovedoras
de Inglaterra ;). Sus hijos ya son grandes y él va de acá para allá en su
camionetita buscando esa aventura que nos ayude a sentir que la vida es bella
en cada esquina!!!
Nuevamente montados en nuestros corceles de
acero llegamos a Tamtattouchte y nos
metemos de cabeza en el camping “Les Amis” a pegarnos un baño y lavar ropa, los
dos por 40 Dh (los dirham están 1 a 1 con nuestro peso). La noche se vistió de
fiesta y nos dejamos embriagar por los ritmos improvisados en djembés y tan
tans. Durante dos días Mohamed, el dueño, nos invitó a toda hora con té y sopa
crema de verduras orgánicas!! Nos regaló también un día más de descanso.
En cada
pueblo, y hay uno tras otro, de cada rincón salen los niños de a montones a
pedir: un bombón (golosina para ellos), un "stilo" (lapicera en
francés), o un dirham (dinero). Algunos, los más osados se paran con las
piernas bien abiertas frente a la bici, otros corren desesperadamente y a los
gritos por 100 o 200 metros a nuestro lado, otros, los más chiquitos, abren sus
manitas e inclinan la cabeza como rogando y también están los que extienden el
brazo y abren la palma muy cerca de la bici... a estos últimos al principio,
pensando que era un juego saludarlos chocaba mi palma con la de ellos, pero
después me fui dando cuenta que lo que querían era agarrármela y un par de
veces tuve que soltárselas rápido antes de que me tiraran.
Unos pocos
se atrevieron alguna vez a lanzar alguna piedra al ver que no obtenían respuesta. Al final del día tratábamos de pensar de qué forma podríamos lidiar la jornada siguiente con la situación, pero nada resultaba viable... son niños y no
tienen la culpa. ¿Cuando entenderán los adultos el mal que les hacen
regalándoles cosas? Muchas veces me detengo y trato de entablar una
conversación; les digo mi nombre y les pregunto el de ellos, les cuento desde
dónde venimos y les muestro el mapa, los invitamos a dar una vuelta en la bici
y les brillan los ojitos, pero sería imposible hacerlo con todos; sin exagerar,
es un promedio de 40 niños por día.
Las mujeres pasan muy temprano cargadas con
enormes bultos de pasto a sus espaldas, sí, leyeron bien: "las
mujeres" ( mientras a los hombres se los ve tirados en la calle charlando). Parecen burros de carga y tampoco pierden ellas la oportunidad
para pedir algo: crema para manos y cara, algo para comer o aunque sea un poco
de agua. Nos preguntamos si será el condicionamiento que les quedó de pequeñas
o si es que de alguna manera mitiga el sufrimiento el hecho de recibir algo.
Y se venía
el "tizín" más duro del Alto Atlas: 2700 metros totales, son 1200 metros de
desnivel a conquistar en tan sólo 10 kilómetros; lo que da como resultado una
pendiente del 12%... interesante, no? para que tengan una idea es como si
tuvieran que subir 12 metros cada 100 de recorrido con la bici cargada con 40 o
50 kilos. Tardamos 10 horas en superar los 10 kilómetros.
Mientras
haya coles, pasos o tizines de 2700 metros o más no voy a poder dejar la bici;
10 kilómetros en 3 horas! La puta si vale la pena estar vivos !! No te cambio por
ningún otro medio de transporte. Vistas im-pre-sio-nan-tes y luego vino la merecida
bajada. Bueno... por momentos ni se notaba que íbamos para abajo; el viento
otra vez nos obligaba a pedalear.
Llegamos a Imilchil
y antes de llegar al lago Tislit, donde descansaríamos por unos días, una
noticia nos golpea los oídos y el corazón. Hay un gran revuelo en las 3 cuadras centrales
del pueblito, los niños corren de aquí para allá y un muchacho nos cuenta que
gendarmería acaba de agarrar a tres hombres saharauis (del Sahara) que habían venido de otro pueblo a
llevarse tres niños para degollarlos. Tuve que preguntarle y escucharlo como cinco veces
antes de digerirlo.
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Y el tema pasa por una historia muuuy larga. Resumiendo, el Sahara Occidental nunca fue independiente; en la Edad Media era la ruta de paso entre los reinos marroquíes y las tierras senegalesas del sur por donde circulaba oro y sal. Después, por cuestiones archi conocidas - el poder y la riqueza- pasó por manos españolas y francesas. Y finalmente cuando Marruecos (también colonia francesa, porque no se salva nadie :)) obtiene la independencia de Francia, reclama el territorio sub sahariano (sub porque está ubicado debajo de Marruecos) como propio, allá por el 1967. España también lo reclama y así empieza una época de forcejeos y guerrillas. Incluso Mauritania considera que tiene derecho a su parte... Si les interesa saber un poco más pueden pinchar acá.
6 / 3 FESTEJAMOS LOS 5000 CON GRANIZO, LLUVIA Y NIEVE !!
En el cruce para Midelt nos sorprenden unas gotas de granizo. Más adelante, Jamal, montado en su mula, nos pide una cámara para su bici. No tenemos una extra pero le damos parche y pegamento. En seguida nos invita a su casa en el próximo pueblo.
Diferente formas de llevar la carga ;) |
Tomamos un atajo y tras cruzar el rio
por unos puentes de palos llegamos a su hogar. Como siempre, té, pan con aceite
de oliva y esta vez también había suero para mojar. Charla y tagine con carne
de cordero, mmm... , una de las más deliciosas!! La carne es dura pero muy sabrosa
y esto se debe a que los animales viven en completa libertad.
No hay corrales
ni alambrados. Cada rebaño parte muy temprano con su pastor y regresa al
atardecer después de caminar todo el día. Es muy poco el alimento en estas
regiones por lo que hay que recorrer grandes superficies para engordar.
Continuamos adentrándonos en la región más bella que
hemos transitado hasta ahora. Cada curva es un espectáculo magnífico y hay una
tras otra. Las montañas rojizas de 3000 metros con nieve en sus cumbres, el
cielo azul con nubes impecablemente blancas, los cultivos en el fondo verde
esmeralda con gente salpicada trabajando duramente, las laderas color beige
cruzadas por vetas de diferentes marrones, verdes y hasta púrpuras! Los
pueblitos parecen pintados.
Me hizo acordar mucho a Salta y Jujuy hasta que
empezaron a aparecer los cedros; primero bastante raleados y luego en pequeños
bosques. Bellísimas formas, vistas armónicas e impactantes a la vez.
Tanto entretiene el paisaje que por momentos nos
olvidamos que estamos subiendo... Hasta que se hizo tan sostenida la trepada
que dejamos un poco de disfrutar y junto con el viento cruzado empezamos a
padecer otra vez. Yo estoy al final de mis reservas por lo que Oscar me ayuda
por tramos a empujar y llevar la bici.
Curva tras
curva el camino sigue siempre para arriba. Nos acompaña la nieve y el frio
helado se siente en cada respiración. ¿Es posible que la temperatura haya
bajado tanto? Y sí, estamos a 2409 metros... llegamos al Tizi-n-Timicha y este
no aparecía en el mapa!!
Comienza a nevar otra vez, nos abrigamos y emprendemos
el descenso.