12 / 3 MARRUECOS PARTE IV
Hoy es uno de esos
días en que no es tan fácil tomar una decisión. Anoche llegamos agotadísimos.
Por suerte encontramos un lugar bastante asequible para armar la carpa; debajo
de un cedro. Mientras nos terminábamos de acomodar empezaron a caer unos
copitos helados. Escuchamos el granizo y lluvia toda la noche tintineando sobre
el techo de nuestra casa.
Conciliamos el sueño esperando que la mañana nos
regalara un mejor amanecer. Unos minutos pasadas las 8:00 nos despierta el
conocido “Salam Alaikum!” (“Buenas”, en árabe), Asomamos la cabeza y junto al
pastor y su rebaño el cielo cubierto se empecina en descargar su gélido maná.
“Bueno, desayunemos… seguro que mejora” y al rato, más lluvia, nieve y granizo.
La situación: estamos a 100 km por lo menos de la primer ciudad grande con
correo o casa de cambio. Tenemos tan sólo 100 Dh ($100) y estamos en lo último,
más último de nuestras reservas de víveres.
Sigue granizando y la temperatura baja raudamente.
Sabemos que esos 100 km nos llevarán, como viene el camino, al menos 3 días.
Con $100 podremos comprar comida ajustadamente para esa jornada. Es decir, si
nos quedamos acá a esperar que cambie el tiempo, es muy probable que tengamos
que ayunar y con este frío el cuerpo pide más y más. Pero, por otro lado, el
sólo hecho de pensar en salir de adentro de la confortable calidez de la bolsa
de pluma para pasar al aire congelado, nos tira para atrás. Las manos se
congelarían antes de que pudiéramos siquiera empezar a armar la carga.
Guardaríamos la carpa empapada y no sabemos a ciencia cierta qué nos espera esta
noche. Oscar duerme mientras yo reagrupo los últimos ingredientes y me
entretengo con la cocina… ¿Qué hacemos?
Finalmente, nos armamos de coraje y en una ventanita
de “no lluvia” arrancamos. Por suerte se compone un poco y nos da tiempo para
recorrer sin mayores sobresaltos un cañadón de ensueño. No esperábamos que esta
ruta despuntara tanta elegancia.
Más adelante cambia completamente, pero no por eso es menos bella. El pavimento cada tanto desaparece; ya sea porque el
río se lo llevó por completo y continúa por otro lado, porque se lo “comió” en
algún recodo o porque algún afluente que baja furioso desde la montaña arrasó
con todo. El escenario parece salido de una película de cataclismos.
Llegamos a acampar justo antes de que se largue otra
vez el granizo! Al día siguiente nos topamos con una represa y con el camino
cortado. Vuelta para atrás 4 km y a cruzar el pueblito que creíamos evitar.
Pensábamos comprar algo allí, pero ni pan tenían (no obstante, nos buscan de
una de las casas y nos regalan un pan y medio!!).
Llegamos al cruce al Circo de Jaffar y decidimos armar junto
al camioncito de un francés. Nos regala pan y un par de brownies, mmmm! Hace un
fresquete que ni les cuento… y sí… se larga a nevar con todo!!!
A la mañana optamos por juntar todo e intentar hacer
la ruta al circo (dicen que es un lugar magnífico!). Ya de movida un charco de
barro atraviesa el camino de punta a punta. Como podemos lo sorteamos, pero el
barro se empieza a pegar en las ruedas de tal manera que es imposible mover la
bicicleta. Con la ayuda de un palo tratamos de desprender parte del pegajoso
empaste y continuamos un poco empujando y un poco andando.
Cada 100 o
200 metros la bici se encaja en el barro y no hay caso. Empieza a nevar y el
camino se angosta y ya es de precipicio y el barro patina y hace frío y estamos
mal comidos y… qué carajo hacemos acá!!!! Jajaja. Viene de frente, Sergio, un
español en su camioneta y con mirada desalentadora nos dice que no cree que podamos
seguir… esto se pone cada vez peor! Quedará para la próxima el Circo de Jaffar.
Retomamos la ruta principal y después de un tobogán helado, se larga a nevar otra vez con todo… será posible que no podemos salir de esta tormenta? Yo no sé si ponerme feliz por semejante espectáculo o llorar por el terrible frío que me traspasa los huesos. Y esta vez, que es cuando más lo necesitamos, nadie nos invita a tomar el té…
Los copitos ya no son copitos, sino tremendos copones, lo que
sumado a la velocidad de la bajada, pega con ganas en el medio de la cara y no
solamente duele sino que impide por completo la visibilidad. Las manos y los
pies no se sienten. Sólo se aferran al manubrio unas y pedalean los otros por
acto reflejo. Lo único que se me ocurre pensar es que en algún momento va a
parar y será una linda anécdota para contar; mientras sigo en automático sin
plantearme mucho más.
Ya casi
llegando al límite de lo soportable aparece un techito en medio del temporal.
Nos lanzamos de cabeza al refugio salvador! Y de adentro de la casa se asoma
una señora sosteniendo una chapa con unas brasitas al rojo vivo. Ahhhh… qué
placer!! No puedo creerlo!! El calorcito del fuego nos va devolviendo el alma
al cuerpo poco a poco. Y luego vendría un té y el pan y el aceite…
Por fin llegamos a Midelt. Una de cal y una de arena. La primer noche dormimos en casa
del señor que nos atendió en el mercado. Después de comprar le preguntamos por
un camping y ahí nomás nos invitó a su morada. Nos quedamos del otro lado del
mostrador hasta que se hizo la hora de ir. Cenamos albóndigas de carne con
papas fritas y huevo duro. El sistema fue el mismo: “romper” la comida con el
pan y a embuchar!!
Recién a la
mañana siguiente conocimos a su esposa, cosa que siempre da para pensar… estas
mujeres se la pasan todo el día adentro dedicadas a su hogar, a sus hijos y
marido y cuando tienen la oportunidad de interactuar con alguien de afuera,
tampoco les está permitido. En realidad no podría abrirse juicio tan
fácilmente, toda la situación es bastante compleja y extensa para poder
resumirla en tan sólo unas líneas.
Si les
interesa el tema acá encontré algunos artículos interesantes:
“Si quieren
conocer el nivel de desarrollo y evolución de un país, observen la condición de
la mujer en ese país” Seguir leyendo…
“Hablar de
Marruecos es hablar de una sociedad muy compleja… Dentro de esta sociedad, las
mujeres viven y actúan administrando a su manera la contradicción…” Seguirleyendo…
Y un blog:
“La vida difícil de las mujeres marroquíes y las dudas con el burka” Seguirleyendo…
Aprovechamos
para secar todo al sol junto a la ruta. Volvimos al pueblo y ahí nos
engancharon sin darnos cuenta: son muy hábiles !! Poquito a poco te van
confundiendo y convenciendo. Terminamos cambiando un teléfono que no usábamos
(10 euros) más 50 dirham por un diente de tiburón fosilizado y un trilobite.
Nos alojan
en su casa por 100 dirham con internet, cena y desayuno. Bueno, eso es lo que
nos habían dicho… nos llevaron hasta el lugar donde pasaríamos la noche y era
ni más ni menos que su propio comedor, donde se la pasaron todo el tiempo con
la tele prendida a todo volumen. A la hora de la cena nos trajeron dos
compoteras llenas de arroz muy espeso con leche, tal cual un suculento engrudo,
jaja.
La esperada tagine no llegaba nunca, hasta que en un momento nos preguntan: “¿Tienen hambre todavía?”… y yo respondo firmemente: “Sí”. La mujer, creo yo movilizada por su vergüenza, nos trajo la tagine y nos dijo: “Coman, coman”. Después me quedé pensando si tal vez le habíamos sacado la comida de los hijos :(
A la mañana
siguiente nos trajeron el té con aceite y pan, prendieron la tele y se
instalaron ahí con nosotros. Era tanto el frío que hacía que no podíamos mover
los dedos para escribir. Así que juntamos todo y nos fuimos pensando en que
“nunca terminaríamos de aprender”, jajaja. De ahí derecho al camping !! Tres
días de relajación !!
Cuesta
entender, aceptar y aprender esta nueva forma de vivir. Despertamos cada día en
un lugar distinto: queremos hacer yoga, desayunar, leer, tocar la guitarra,
escribir… bah, queremos vivir y disfrutar de las actividades cotidianas que nos
producen placer… Y a la vez, sabemos que tenemos que armar todo para continuar
y pedalear… ¿cuántos kilómetros?
A veces nos proponemos una medida y la
logramos, pero la mayoría de las veces no es así. Todavía no hemos podido
aprehender esta nueva forma de transitar el camino; cuesta, cuesta cambiar, aceptar y
amoldarse a una estructura totalmente diferente. No estamos de vacaciones, no
estamos viajando para conocer lugares o gente… simplemente estamos intentando
vivir de una manera diferente; dejando que los lugares y la gente lleguen a
nosotros y nos impregnen con sus colores, aromas y sabores.
Hoy no
podíamos pedir más. Ya desde las últimas horas de ayer, cuando todavía
estábamos montados en nuestros corceles de acero, el aire sabía a verde, el
suelo tapizado de un manto color oliva y los cedros erectos con sus brazos
bifurcados nos iban mareando de izquierda a derecha.
Nuestra marcha se fue
haciendo cada vez más lenta hasta que un claro, donde se encontraba uno de los
más añejos personajes del bosque, nos invitó a echar ancla y hoy… hoy no
podíamos pedir más !!
Mientras
hacíamos yoga sobre la fresca hierba diviso unos “movimientos” a la distancia;
primero pensé: “son ovejas”, pero se movían muy rápido; entonces: “son perros”
, pero el movimiento era más desarticulado que el de un cuadrúpedo… y decido
agudizar un poco más la mirada y estupefacta descubro que son…
... MONOS !!! jajaja. Enormes monos en familia, de acá para allá, juntando frutos y semillas o lo que
encuentran en el suelo para comer. Saltan, se rascan, juegan, trepan, corren y
cada tanto se detienen a mirarnos. Un espectáculo maravilloso y todo para
nosotros !!
El sol empieza a colarse por entre las rendijas de las foliadas
persianas y el día se estampa en nuestros corazones. Parrillada de verduras y
mucha guitarreada.
Las jornadas
siguientes fueron tan impactantes como la primera. Los valles se abren fértiles
tras cada pedaleada. Hubo mucho trabajo hacia arriba y también algunos descensos. De Itzer a Ajdir: Lo mejor de Marruecos !!
Enormes pinos y cedros, asombrosos
miradores, intenso contraste de oscuros paredones de tierra marrón africano con
pasturas verde flúo. El río abajo, muy abajo y cada tanto alguna casita colgada
en la ladera con sus cocheras improvisadas sobre la ruta.
Estamos un
poco desorientados, será que tanta belleza mareó nuestra brújula? El mapa no es
muy claro ni preciso, pero mientras sigamos transitando el paraíso… allá
vamosssssss !!! Se nos hace de noche y las sombras acentúan aún más el encanto
del lugar.
Disculpen si las fotos son demasiadas... me costó mucho elegir... :)
Nos levantamos a las 6:30, está bien fresco, seguimos pedaleando; la
ruta nos sigue envolviendo. Desayunamos en Aguelmame
Azigza, un laguito azul esmeralda…
Continuamos
por extensas parcelas de pasturas donde se nota que antaño se prolongaban
también hasta aquí los bosques. Pasamos a visitar las Sources de Oumer-Rbia; es una casacada que da origen al río más
largo de Marruecos, corre hasta el Océano Atlántico a través de 600 km.
Hay mucha
gente y puestos de artesanías y comida a lo largo de todo el cañadón. El
torrente baja tempestuoso, tanto que pareciera que a su paso fuera a arrasar
con todo.
Tras una invitación más a tomar el té, acampamos frente a una escuela; desde no tardaríamos mucho en escuchar saludos, gritos y pedidos típicos:”… bon bon, stilo, dirham!”, jajaja… Buenas noches !!
Es impresionante la cantidad de nidos de estas zancudas aves comadronas, y lo curioso es que no parecen molestar, porque hasta las chimeneas de las casas cubren con sus nidos!!
En Azrou decidimos hacer uso de un
camping. Hace falta una buena ducha y lavado de ropa, pero… no es un camping
cualquiera; es posesión de un jeque!! Y así lo demuestra la foto de la entrada
;)
Es
que se salía de las casillas por acercarse a charlar; es español y le
comentaron que “dos expertos cicloviajeros argentinos” habían aterrizado junto
a él, jajaja. Como chanchos desde el primer momento y no sólo por el idioma,
sino que Marco es muy familiar y lo que empezó como una charla más se prolongó
por 10 días !!
Festejamos
su cumpleaños con una tagine y torta de manzanas. Y al otro día, secundado por
su gran asombro, partimos a las 5 de la tarde, hora en que todo viajero
responsable ya está concluyendo el día y prestándose a acomodarse para cenar.
Y
bueno, qué le vamos a hacer, nosotros no. Así como semanas y meses no se
cuentan por los días, tampoco el día se cuantifica en horas para nosotros.
Aprovechamos
el camping y dio para salir a la tardecita, para qué pagar un día más ;) Una
trepada de 5 km nos lleva a un mirador tan frío como cálido y abras/zador. De
entrada salimos bajo una llovizna persistente que poco a poco se fue
convirtiendo en lluviecita densa… De repente veo por el rabillo del ojo
izquierdo el lugar perfecto para parar; un techito con una vista espectacular
al extenso valle. Sólo una cosa podría empañar la idea y es que hay unos
puestitos de venta de artesanías alrededor y uno se encuentra abierto…

“Bueno,
podemos pedir permiso, no creo que haya problema…” Y estamos en Marruecos… ahí
nomás nos invitan a tomar el té y a calentarnos junto a un tachito con fuego.
Explicamos nuestra intención y pedimos permiso. Claro, primero piensan que
estamos locos: “Hace mucho frío para pasar la noche acá… ” ; a lo que
respondemos: “Estamos acostumbrados y bien preparados…”
Seguimos charlando y
empieza la función!! Al rato caen dos hombres vestidos de civil y se
identifican como policías. Nos explican muy amablemente que no podemos
quedarnos ahí; hay un alerta meteorológico para la zona y sería muy arriesgado
pasar la noche a la intemperie. Volvemos a insistir en que para nosotros es el
lugar perfecto, que no debían preocuparse.
No obstante,
tras una breve llamada telefónica, se apersona el mismísimo jefe zonal y con
mucho respeto y paciencia nos explica que si algo nos sucediera sería su
responsabilidad. Nos asegura que él arreglaría todo para que pudiéramos pasar
la noche en un albergue y sin costo !! Mientras seguimos platicando le pega una
mirada a las bicis, que siguen esperándonos firmes en medio de una neblina
muuuuy densa y exclama: “A ustedes sólo les falta llevar una guitarra!” Y yo
contesto muy resueltamente: “Tenemos una guitarra” “¿En serio?”,
retruca, “¿una guitarra de verdad?” “Sí, es ¾ pero suena muy bien!!”, respondo
orgullosa. “¿A ver?”...
Corro a
buscar el encordado instrumento mientras todos se vuelven a acomodar en el
cuartito desvencijado alrededor del tacho encendido. Será de 1,5 X 2,5 m, piso
de tierra, techo de chapa y unas tablas desparejas situadas en todo el contorno
que hacen a la vez de banco, donde nos fuimos amontonando ordenadamente para
disfrutar de una velada i-nol-vi-da-ble !!!
El maestro
se sentó en una sillita toda destartalada, el sereno fue a traer más leña para
alimentar el fogón, unas velas tornaban el ambiente aún más acogedor y fue tan
sólo sentir la guitarra entre sus manos para que nuestro amigo comenzara a
desplegar una habilidad muy bien resguardada. ¡Qué talento, qué gracia, qué
amor por la música y su expresión! ¡¡Toca como los dioses!! Que no se termine
nunca!
Un tema tras
otro; clásicos, románticos, árabes y hasta uno cantado en castellano!! Por un
momento trato de abstraerme y alejar el foco de atención. Salgo del cuartito,
del mirador, de la ciudad, me alejo aún más y veo a Marruecos desde el aire,
luego África y el Planeta entero y lo abrazo, abrazo este maravilloso Mundo en
el que nos ha tocado morar; con su naturaleza a flor de piel y su gente, la
fascinante sensibilidad del ser humano. Vuelvo en dos segundos y él sigue ahí,
encantado, como una serpiente hechizada acariciando la guitarra; mientras la
lluvia descarga su propia melodía sobre el techo de chapa.
Con
semejante serenata como negarse a aceptar la invitación al albergue. Hacia allí
vamos. Nos dijeron 2 km pero fueron casi 5 y encima en bajada!!... sí, leyeron
bien “encima en bajada!”. Llueve como el mismísimo demonio y es cerca de
medianoche; con lo cual apenas si se llega a ver la lucecita roja del auto que
nos va escoltando. Cuando llegamos, comentamos matándonos de risa: “Fue más
peligroso esto que acabamos de hacer que si nos hubiéramos quedado en el
mirador, jajaja” Pero hoy todo se perdona GRACIAS MAESTRO !!!
¿A que no
saben qué es lo primero que hicimos cuando entramos? Síííí !!!! Pedimos la
clave del wifi, jajaja y luego de tomar un té con galletitas, invitados por
unos austríacos alojados allí, nos tiramos de cabeza a la pieza a conectarnos
con el más allá !!
Al otro día
arrancamos bajo una llovizna que no promete parar… se transforma en lluvia y en
tanto y en cuanto seguimos subiendo hacia el paso el cristalino líquido va
cambiando de estado y se convierte en suculenta nevada, juajuajua… qué nieve,
qué nieve, los locos estamos en la ruta !!!!
Gracias Dios por esta bendición!
Llegamos a Ifrane calados hasta los
huesos de frío y hambre. Nos clavamos una piza en un restaurant bien concheto
(120 dirham) y acampamos en el primer bosquecito que encontramos camino a Sefrou nosotros y Marco a Fes.
Al día siguiente nosotros nos
desviamos unos kilómetros para buscar un capuchón de goma para la pata de la
bici que me envió muy amablemente y sin costo Fahrrad Manufaktur (la empresa y
marca de mi bici) a la casa de un WS un tanto especial. No sólo había abierto
el paquete (dijo que le llamaba la atención que nosotros éramos de Argentina y
el envío de Alemania!?) sino que también nos mandó a un camping porque dijo que
él no tenía lugar, jaja. Cosas que pasan…
31 / 3 FES Y CHEFCHOUEN…DOS PERLAS AZULINAS
Nos encontramos con Marco en Fes y nos vamos a recorrer la Medina (sector antiguo de la ciudad): un laberinto de pasiones desencontradas, jaja. Se parece a Marrakesh pero más íntimo.
En un rato la visitamos y cuando ya estábamos por
irnos, nos asomamos a una puerta y vemos un cuadro diferente que nos llama la
atención. Al toque se arrima un muchacho y nos invita: “’¿Quieren conocer una
curtiembre?”
" Les puedo mostrar el proceso y todos sus secretos" “Mmmm… ¿y
cuánto va a costar la guiada?”. “Nada amigo, cuando concluimos volvemos a este
punto. Ustedes por un lado y yo por el otro y todos amigos”.
Mmm, después de
dos meses en Marruecos, esto no me suena que vaya a ser así y se los comento a
mis compañeros: “Al final vamos a tener que dar una propina…” Oscar no dice
nada y Marco, siendo esta su primera ciudad grande, dice: “No, si ha dicho que
no quiere ni un peso…”. “Bueno, yo no lo creo”.
Pero, ahí
vamos, nos hicimos todo el recorrido con el guía, de acá para allá, callejuelas
y callecitas; subimos, bajamos, apreciamos todo el proceso en la misma
casa-fábrica, el cual continúa haciéndose de la misma forma y con las mismas
instalaciones de hace más de diez siglos.
Se usan piletones naturales en la
roca de la montaña, que se llenan de agua con diferentes productos que son
preparados artesanalmente, como hidróxido de calcio, amonio, tinturas
artesanales hechas con extractos de azafrán, cedro, menta y cáscara de naranja,
entre otros. Alrededor se encuentran las habitaciones donde en la antigüedad se
alojaban los trabajadores.
Este video dura 10 minutos y muestra muy bien la
dura vida en la curtiembre.
Llegamos
hasta el mirador y cuando la visita ya terminaba… llegó lo esperado: “Bueno…”,
dice el marroquí, “… tienen que darle una propina al guardia (20 dirham) y
después arreglamos conmigo allá abajo. Y sí, era lo esperado, pero bueno, para
qué!! Marco se puso firme y empezó la discusión:
“Pero nos dijiste que no querías ni un peso”.
“Pero vamos, amigo, no voy a hacer todo esto gratis”
“Pero entonces no tienes palabra”
“Pero, ¿has estado a gusto? ¿Te gustó la visita?”
“Sí, pero dijiste que no cobrabas, que llegábamos al final y cada uno
por su lado”
“Pero no te vas a creer que trabajo gratis; yo también necesito comer”
Y entre "peros" y más "peros" el
ambiente se va tornando espeso, denso, pesado… No hay caso, tanto el español
como el marroquí no quieren moverse ni un centímetro de su posición. Yo atino a
darle unas monedas, pero no las acepta. El arancel es fijo,… 20 dirham.
Y como nadie cede, antes de que la cosa se ponga peor, nos vamos escabullendo
como rata por tirante.
Acampamos en
un terreno frente a la medina y a la mañana siguiente nos tomamos un colectivo
a Chefchouen.
Cada año,
justo antes del Ramadán los habitantes de la pequeña ciudad se afanan con
esmero en limpiar sus casas y encalar las fachadas. Es la llamada Laouacher,
una verdadera fiesta en la que unas 15 toneladas de pintura blanca y azul se
utilizan para pintar las casas de la medina resultando en una mágica paleta de
lapislázulis y turquesas.
Sobre el porqué del azul nadie parece ponerse de
acuerdo, para unos se trata de una mera cuestión práctica pues este color
ahuyenta a las moscas, para
otros fueron los judíos quienes a partir de 1930 empezaron a pintar puertas y
fachadas para reemplazar el color verde del Islam.
Pasamos por Tetouán, donde nos cruzamos con Peti,
un alemán septuagenario que habíamos cruzado unos días atrás. Fue acá también
que nos despedimos de Marco. Hasta luego, hasta pronto, hasta siempre !!!
Y se vienen
los últimos días en el Magreb. Nuestra visa vence el 7 de abril y el ferry
zarpa el 8, por lo que pensábamos entrar a Ceuta (ciudad española en la costa
marroquí) pero no nos dejan. Es decir, si entramos deberíamos quedarnos allí
por tres meses por lo menos.
Los mismos policías y gendarmes nos aconsejan que
vayamos directamente a Tánger a
tomar el ferry que no vamos a tener problema.
Subimos,
subimos y subimos. Acampamos junto a la ruta y un enorme charco donde lavamos
ropa y nos bañamos, como corresponde antes de viajar, jaja.
Después de dar
vueltas por 2 horas llegamos finalmente a la puerta de embarque. Muy confiados
entregamos el pasaporte y tras una mirada exhaustiva, el oficial nos dice:
“Están fuera de fecha; no pueden salir”. La mandíbula inferior se descuelga del
resto de la boca y cae en desconcierto… “¿Cómo?, pero si nos dijeron…” “Sí,
pero ustedes deberían haber ido a pedir una extensión a la policía”. Estamos a
46 km de la ciudad más cercana. Imposible!!
Entonces nos
pide que nos quedemos a un costado mientras él consulta con su superior… y tras
20 minutos de amansadora incertidumbre, nos entrega el pasaporte sellado y nos
aclara que es por única vez.
Las patas y las ruedas no nos alcanzan para
llegar corriendo al ferry, jaja. Fiufff, casi nos quedamos!! Pero, bueno, ya
estamos sobre el Mediterráneo rumbo a Livorno.
Y una nueva etapa ns espera del otro lado del charco, en el Viejo Mundo, en un
Nuevo Horizonte…