Acabás de entrar a la página
principal y es precisamente donde tendría que contarte que este es un blog de viaje,
de un viaje que planeé hace mucho tiempo. Que salí a buscar respuestas y que
cada vez tengo más preguntas. Que la vida es maravillosa, que hay que animarse
a dar el primer paso porque el resto llega solo, que nadie va a hacerlo por vos
y que por sobre todas las cosas nunca te vas a arrepentir por ir detrás de tus sueños!!!
No considero a este viaje como un mero desplazamiento de un lugar a
otro sino que es una forma de vivir diferente en esta etapa de mi vida y … ¿cuál es la diferencia?
No fue fácil adoptar esta creencia y todavía hoy cuesta y confunde. Si pensás que estás
viajando, te levantás temprano, desayunás,
juntás todo y empezás a pedalear.
Sabés que después de una ciudad vendrá otra, que habrá que calcular en
cuál pasar la noche, que tendrás que cumplir con tantos kilómetros para llegar a destino y que
normalmente vas a estar siguiendo una misma dirección. Lo quieras o no estos
parámetros te condicionan.
Pero, yo no salí a viajar, yo salí a
vivir viajando, o si prefieren a viajar viviendo que para mí es más o menos lo
mismo. Entonces, no importa a qué hora me levanto,
desayuno si tengo ganas, hago yoga para arrancar el día y después
según como se presentan las condiciones climáticas decido qué hacer. En lo posible busco de
transitar por caminos secundarios y nunca, nunca sé dónde voy a pasar la
noche.
Puedo hacer 80 km, si no hay motivo mayor para detenerse como 10 km, si en ese trayecto el lugar me invita a desempacar. Hasta hace poco, trataba de ser “coherente” con una dirección. Hoy, ya tampoco eso
me perturba y el camino se va haciendo día a día, km a km, con las sugerencias
y consejos de la gente local y de los amigos que han transitado antes que yo la misma huella.
Entonces, tendría que contarte que
este es un blog de viaje, pero estaría faltando a mi palabra. Mejor te invito a
recorrerlo y a que seas vos quien descubra en sus páginas esta, mi forma de vivir.